Necrosis Avascular
La necrosis avascular, también conocida como osteonecrosis, es una enfermedad que resulta de la pérdida temporal o permanente del suministro de sangre al hueso. Cuando la circulación sanguínea se interrumpe, las células óseas mueren y el hueso puede colapsar. Esta condición puede afectar cualquier hueso, pero generalmente se localiza en las extremidades superiores e inferiores, especialmente en las caderas, rodillas y hombros.
Causas de la Necrosis Avascular
La necrosis avascular puede ser causada por varios factores, incluyendo lesiones traumáticas, uso prolongado de medicamentos esteroides, consumo excesivo de alcohol, enfermedades autoinmunes, radioterapia y quimioterapia, y ciertas condiciones médicas como la enfermedad de descompresión y la enfermedad de Gaucher.
Síntomas de la Necrosis Avascular
Los síntomas de la necrosis avascular pueden variar dependiendo de la ubicación y la gravedad de la condición. Los síntomas comunes incluyen dolor en la articulación afectada, limitación del rango de movimiento, inflamación y sensibilidad alrededor de la articulación, y en casos graves, el colapso de la articulación.
Tratamiento de Fisioterapia para la Necrosis Avascular
El tratamiento de fisioterapia para la necrosis avascular se centra en mejorar la función y la movilidad de la articulación afectada, reducir el dolor y la inflamación, y prevenir el colapso del hueso. El plan de tratamiento puede variar dependiendo de la gravedad de la condición y los síntomas del paciente.
Ejercicios de Fisioterapia
Los ejercicios de fisioterapia pueden ayudar a fortalecer los músculos alrededor de la articulación afectada, mejorar la flexibilidad y el rango de movimiento, y promover la circulación sanguínea para ayudar a la curación del hueso. Los ejercicios pueden incluir estiramientos, fortalecimiento, ejercicios de bajo impacto como la natación o el ciclismo, y ejercicios de equilibrio y coordinación.
Terapia Manual
La terapia manual puede ser útil para reducir el dolor y la inflamación, mejorar la movilidad de la articulación, y promover la circulación sanguínea. Esto puede incluir masajes, movilización articular, y técnicas de liberación de tejidos blandos.
Terapia de Calor y Frío
La terapia de calor y frío puede ser utilizada para ayudar a reducir el dolor y la inflamación. El calor puede ser útil para relajar los músculos y promover la circulación sanguínea, mientras que el frío puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
Electroterapia
La electroterapia, como la estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS), puede ser utilizada para ayudar a controlar el dolor.
Es importante recordar que cada paciente es único y el plan de tratamiento debe ser personalizado para satisfacer las necesidades individuales del paciente. Además, la fisioterapia debe ser parte de un enfoque de tratamiento integral que puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida, y posiblemente cirugía.