Impacto femoroacetabular
El impacto femoroacetabular es una patología que afecta la articulación de la cadera, específicamente la unión entre el fémur y el acetábulo. Se caracteriza por un contacto anormal entre estos dos componentes de la articulación, lo que puede provocar dolor, limitación en el movimiento y eventualmente daño en el cartílago articular y en el labrum acetabular.
Tipos de impacto femoroacetabular
Existen tres tipos principales de impacto femoroacetabular:
1. Tipo cam: Se produce por un exceso de prominencia en la cabeza del fémur.
2. Tipo pincer: Se produce por un exceso de cobertura del acetábulo sobre la cabeza del fémur.
3. Tipo mixto: Combinación de los dos anteriores.
Tratamiento de fisioterapia
El tratamiento de fisioterapia para el impacto femoroacetabular tiene como objetivo reducir el dolor, mejorar la función y prevenir la progresión de la lesión. Algunas de las estrategias de tratamiento incluyen:
1. Educación del paciente: Es fundamental que el paciente entienda la patología y cómo manejarla en su vida diaria.
2. Ejercicios de fortalecimiento: Se enfocan en fortalecer los músculos estabilizadores de la cadera, como los abductores, aductores, glúteos y músculos del core. Esto ayuda a mejorar la estabilidad de la articulación y reducir la carga sobre el cartílago y el labrum.
3. Ejercicios de movilidad: Se trabajan para mejorar la movilidad de la cadera y corregir posibles desequilibrios musculares que puedan estar contribuyendo al impacto femoroacetabular.
4. Estiramientos: Se realizan para mejorar la flexibilidad de los músculos de la cadera y reducir la tensión sobre la articulación.
5. Modalidades físicas: Se pueden utilizar modalidades como el calor, el frío, la electroterapia o la terapia manual para aliviar el dolor y la inflamación.
6. Corrección de la biomecánica: Se trabaja en corregir posibles alteraciones en la marcha o en la postura que puedan estar contribuyendo al impacto femoroacetabular.
Es importante que el tratamiento de fisioterapia sea individualizado y supervisado por un profesional especializado en el manejo de esta patología. Además, en algunos casos puede ser necesario recurrir a tratamientos quirúrgicos para corregir la anatomía de la articulación y prevenir la progresión de la lesión.