Fracturas por estrés
Las fracturas por estrés son lesiones óseas que se producen como resultado de la repetición de fuerzas de carga sobre un hueso, que superan su capacidad de adaptación. Este tipo de fracturas suelen ocurrir en deportistas y atletas que realizan actividades de alto impacto y repetitivas, como correr, saltar o practicar deportes de contacto.
Causas y factores de riesgo
Las fracturas por estrés pueden ser causadas por varios factores, como un aumento repentino en la intensidad o duración del ejercicio, cambios en la superficie de entrenamiento, calzado inadecuado, debilidad muscular, desequilibrios musculares, mala técnica de entrenamiento, entre otros. Algunos factores de riesgo incluyen la falta de descanso adecuado, una mala alimentación, deficiencias nutricionales, y la presencia de condiciones médicas como la osteoporosis.
Tratamiento de fisioterapia
El tratamiento de fisioterapia para las fracturas por estrés tiene como objetivo promover la cicatrización ósea, mejorar la función y la fuerza muscular, y prevenir futuras lesiones. Algunas de las estrategias de tratamiento incluyen:
1. Reposo y protección: Es fundamental permitir que el hueso afectado se recupere adecuadamente, por lo que se recomienda reducir la carga de entrenamiento y evitar actividades que puedan agravar la lesión.
2. Terapia manual: El fisioterapeuta puede realizar técnicas de terapia manual para reducir la inflamación, mejorar la movilidad articular y aliviar el dolor.
3. Ejercicios de fortalecimiento: Se diseñan programas de ejercicios específicos para fortalecer los músculos circundantes al hueso fracturado, con el objetivo de mejorar la estabilidad y prevenir futuras lesiones.
4. Entrenamiento de la marcha y la biomecánica: Se trabaja en corregir posibles desequilibrios musculares, mejorar la técnica de carrera y la biomecánica para reducir la carga sobre el hueso afectado.
5. Modalidades físicas: Se pueden utilizar modalidades como la terapia de frío/calor, ultrasonido, electroterapia, entre otras, para aliviar el dolor y acelerar el proceso de recuperación.
Es importante que el tratamiento de fisioterapia sea individualizado y supervisado por un profesional cualificado, con el fin de garantizar una recuperación segura y efectiva. Además, se debe seguir un plan de rehabilitación progresivo y adaptado a las necesidades y capacidades de cada paciente.